A la hora de cambiar de asesoría fiscal no conviene precipitarse. Lo ideal es elegir la fecha que menos problemas pueda provocar.
Un desencuentro con tu asesor o una mala experiencia en su gestión hacen que pienses en no postergar más el cambio de asesoría. En realidad, como cliente puedes cancelar los servicios con tu asesoría en cualquier momento del año.
Sin embargo, como asesores fiscales, te advertimos que esto no siempre es lo mejor. Un cambio en la mitad de un trimestre, en plena Declaración de la Renta o poco antes del cierre del año económico no te beneficiarán.
Lo más adecuado resulta cambiar de asesoría fiscal en fechas como septiembre y enero. En estos meses coincide el cierre de trimestre y no hay que cumplir con trámites añadidos, como el Impuesto sobre Sociedades o la Declaración de la Renta.
Además, estos dos momentos del año suelen estar cargados de nuevos propósitos y retos. Muchos autónomos y empresas aprovechan para comenzar procesos de trabajo más eficientes y cambiar los servicios con los que no están satisfechos.
En una nueva etapa no deben tener cabida los motivos principales por los que profesionales y empresas deciden cambiar de asesoría:
• Errores en el asesoramiento y gestiones, que se reflejan en posibles sanciones para el cliente.
• Trato mejorable y relación poco cercana. Algunas empresas no llegan a conocer en persona a su asesor.
• Falta de asesoramiento. Un buen asesor debe informar al cliente y no solo limitarse a gestionar y contabilizar.
¿Te identificas con alguna de estas situaciones o con varias? Entonces te vendrá genial buscar una nueva asesoría fiscal que cumpla con tus necesidades. En Domínguez-Franco Abogados te recomendamos que tengas en cuenta la fecha para evitar duplicidades y errores fiscales. Si buscas una asesoría fiscal en Sevilla de confianza, puedes contactar con nosotros. Te informaremos sin compromiso de nuestros servicios y coste.