La sombra del falso autónomo ronda por un gran número de empresas. Veamos cuáles son las consecuencias y riesgos de recurrir a esta modalidad.
Los falsos autónomos se han convertido en la fórmula por excelencia para reducir costes laborales en las empresas. En la práctica encubren lo que se denomina una relación laboral (sometida a contrato) con una relación mercantil (factura por servicio).
Un falso autónomo trabaja para una empresa como un empleado más, con la diferencia de que él mismo asume sus costes laborales y actúa ante Hacienda como un profesional independiente. Cada mes, en lugar de recibir la nómina de la empresa, presenta una factura por sus servicios.
¿Qué riesgos y consecuencias tiene para las empresas un falso autónomo?
La coyuntura económica y el desconocimiento han favorecido la aparición y consolidación de los falsos autónomos. Sin embargo, hay serios riesgos y consecuencias para las empresas que optan por este sistema:
— El abaratamiento de la relación laboral puede derivar en sobrecostes y multas. Trabajo cada vez está más encima de las empresas para erradicar estas malas prácticas. De hecho, realiza más Inspecciones de trabajo y ha endurecido las medidas para acabar con esta situación, anunciada entre las novedades para autónomos y trabajadores en 2019.
— La denuncia del propio trabajador y el proceso judicial. La empresa corre el riesgo de que el falso autónomo informe a las instituciones de la irregularidad. No solo representa el coste económico, también entra en juego la imagen de la empresa y el desgaste emocional del juicio.
— Posibles delitos de responsabilidad civil. Un falso autónomo también puede sufrir un accidente laboral. En el caso de que se demuestre su relación con la empresa y la falta de contrato y coberturas, la empresa se atendrá a consecuencias legales.
En Domínguez-Franco Abogados te ofrecemos el asesoramiento que necesitas para tu empresa. En nuestro despacho trabajan de forma conjunta asesores fiscales, contables y laborales junto a abogados laboralistas. Estamos en Sevilla y el Aljarafe. ¡Consúltanos!
